SEMBRANDO AMOR Y CONCIENCIA

sábado, 23 de mayo de 2009

Obama no es ningún revolucionario

El pasado 20 de enero, Barack Obama juramentó como nuevo presidente de la nación más influyente del mundo: Estado Unidos de Norteamérica.

No es justificable que en el mundo exista tanta expectativa por lo nuevo que podría hacer Obama desde su nuevo cargo, porque si hay cambios, serán mínimos, ya que no puede nadar contra la corriente que su mismo país impulsa. Y, porque, para hacerlo, tendría que rehacer la política de su país, es decir tendría que ser un revolucionario, con unja ideología distinta a la Demócrata que representa.

Cerrar su vergonzosa cárcel de Guantánamo no es un acto revolucionario, sino populista a escala mundial.

Las acciones del nuevo huésped de la Casa Blanca no son consecuentes con lo que su verbo dice: “Una nación no puede prosperar largo tiempo si favorece sólo a los prósperos”. Suena bien a medias. No podemos olvidar que es gracias a esos “prósperos” empresarios que Obama financió su campaña electoral –una de las más costosas según dicen- . Por lo tanto es válido preguntarse, ¿a cuántos “prósperos” le debe favores?

Algo para tomar en cuenta. Noam Chomsky ha explicado que en Estados Unidos, y en otros países capitalistas, no solo gobiernan el presidente, el parlamento o los partidos políticos, sino también los capitales de los banqueros y empresarios; ya que al momento de dictar políticas son ellos quienes las aprueban o no.

Se ha visto a Obama, a través de los diversos medios de comunicación, como un salvador que pondrá en orden nuestro caótico planeta; que dará solución al problema económico mundial; que acabará con las injusticias y hará de este mundo uno más justo para todos.

Y es que los medios de comunicación tienen una nueva misión, como lo ha alertado el reconocido periodista Juan Gargurevich: “El enorme poder mediático norteamericano funciona con eficacia cuando se trata de crear o cultivar leyendas que agradan al gran público de USA… historias que luego se trasladan al resto del mundo por una enorme variedad de medios…”

Se trata de, justamente, hacer de Obama un personaje de leyenda, alguien mítico, casi salido de cuentos de hadas, donde un chico pobre se supera y llega a ocupar el cargo más importante del mundo. Y al crear en Obama ese alo de ser mítico el sistema esta tratando de crear una fachada que le permita justificar el uso de la fuerza, sobre la razón y la justicia, para aplicar políticas represivas contra quienes impulsen propuestas alternativas. Es decir, se podría justificar -en un futuro hipotético- la invasión o represión contra alguna nación porque es Obama, un casi superhéroe que solo piensa en nuestro bienestar, quien lo dispone.

Esta hipótesis cobra fuerza con las declaraciones del nuevo secretario de Estado adjunto de USA, James Steinberg, quien ha dicho que el gobierno norteamericano “tiene la intensión de desempeñar un papel más activo en América Latina con un enfoque positivo, que evite dar excesiva importancia al presidente Chávez y a sus tétricos intentos de dominar la agenda regional”. ¿Quién los ha nombrado policía mundial para que emitan esas advertencias?

Tal vez ese “enfoque positivo” que quieren desempeñar en nuestra América Latina es porque saben que tenemos la mayor reserva mundial de agua dulce y nuestros pueblos están tomando el poder, poco a poco. Hay que estar atentos. Y tener bien en claro que Barack Obama no es ningún revolucionario, ni nada que se le parezca.

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