SEMBRANDO AMOR Y CONCIENCIA

lunes, 20 de abril de 2009

POETA: Manuel Scorza

(Lima 9 de setiembre de 1928 – Madrid, 28 de noviembre de 1983)

Scorza es uno de los intelectuales más representativos de la generación de escritores peruanos de los 50, nació en Lima el 9 de setiembre de 1928. Ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y comenzó una etapa de febril actividad política.

En 1948, a los 20 años, fue exiliado. Esta experiencia le dejó huellas inextinguibles que las transmutó en una poesía de vigorosa expresión. Muchos de los versos que integrarían su primer poemario, "Las imprecaciones" (México: 1955), son fruto del desconsuelo en que se halla inmerso el exiliado. En el año 1958, el poeta regresó al Perú, obteniendo ese mismo año el Premio Nacional de Poesía con su primer poemario.

Manuel Scorza preparó el Primer Festival del Libro con una selección de diez mil volúmenes de autores clásicos americanos. Las quince mil colecciones a la venta en quioscos situados en distintos lugares de la capital se agotaron en menos de una semana. La experiencia se repetiría con idéntico éxito en Colombia, en Venezuela, en Cuba. Consistía en editar a bajo costo y en poner los volúmenes a la venta evitando intermediarios, estos fueron los llamados “populibros”.

Su primera novela, "Redoble Por Rancas", forma parte de un ciclo denominado La Balada (también llamado La Guerra Silenciosa) donde, desde una óptica eminentemente poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de los campesinos para recuperar sus tierras.

Las demás novelas que componen este ciclo, "Historia de Garabombo el Invisible"(1972), "El Jinete Insomne"(1977), "Cantar de Agapito Robles"(1977) y "La Tumba del Relámpago", continúan uniendo el realismo social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de 40 idiomas, se ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este siglo.

El año 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central, abandona nuevamente el país con destino a París. En uno de sus viajes, el 28 de noviembre de 1983, cuando venía de París, el boeing 747 de la compañía colombiana Avianca, que iba a aterrizar en el aeropuerto de Barajas (Madrid), para luego seguir con destino final a Bogotá, cayó a tierra un minuto antes de llegar al aeropuerto madrileño. En este accidente fatídico perdió la vida el ya famoso escritor. Tenía 55 años de edad.

EPÍSTOLA DE LOS POETAS QUE VENDRÁN

Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.

Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
No digáis el romance de los lirios.
Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta
¡es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su cólera
¡es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre
¡es más puro que el diamante!

El poeta libertará el fuego
de su cárcel de ceniza.
El poeta encenderá la hoguera
donde se queme este mundo sombrío.

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